¿Cuándo es la edad adecuada para acompañar a nuestra adolescente a una visita ginecológica? La verdad es que no hay una sola respuesta. A veces, las familias aprovechan el arribo a la pubertad, entre los 9 y los 10 años, o la aparición de la primera menstruación para hacerla. Ambas son opciones adecuadas, lo que no se vale es posponer esa visita más allá de los 15 años.
Ir a la primera consulta y a partir de ahí crear el hábito de visitar a la o el ginecólogo una vez al año es uno de los mejores hábitos que podemos promover en las adolescentes. Según el Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (COMEGO), en nuestro país 42% de las mujeres adultas han ido al ginecólogo una vez al año y 25% solamente cuando se han sentido mal. ¿Tú cuántas veces has ido?
Por supuesto, esa primera visita puede llegar a ser una experiencia colmada de nervios, miedo o de incertidumbre para tu adolescente, pero sentirse acompañada por su persona adulta confiable le ayudará a estar tranquila.
Es posible que la primera visita sólo implique una conversación con el o la especialista para conocer cómo ha vivido su desarrollo: si ya empezó sus cambios físicos, cómo se siente con ellos, si ya está menstruando, si vive con dolor los días de sangrado, si es soportable o no ese dolor, por ejemplo.
En otras ocasiones, la ginecóloga puede considerar necesario hacer una revisión física, que puede incluir observar los genitales o hacer una exploración mamaria. De ser así, durante la exploración siempre debe estar presente otro profesional, como una enfermera o la asistente médica.
Punto básico: conversa con tu adolescente si desea que entres con ella o no a la consulta y respeta su decisión. Si prefiere que no entres, recuérdale el punto anterior, comparte con ella información de su historia médica y si hay antecedentes de enfermedades graves o crónicas en la familia. Respeta la información que ella quiera compartir contigo sobre la experiencia vivida dentro del consultorio.
¿Cómo elegir al especialista? vale la pena preguntarle a tu adolescente los siguientes puntos:
¿Te sentirías más cómoda con un hombre o una mujer?
¿Prefieres una persona joven o mayor?
¿Quieres que te atienda el mismo médico que a mí o te gustaría alguien nuevo?
Si ya tienes certeza de que tu adolescente ha iniciado su vida sexual activa, coméntale que es probable que le pregunten datos como edad de la primera menstruación, fecha de la última menstruación, síntomas y duración de sangrado, edad de inicio de relaciones sexuales, número de parejas sexuales, si utiliza algún método anticonceptivo o para protegerse contra las infecciones de trasmisión sexual, la apariencia y olor de su flujo y si tiene molestias en la zona vaginal.
Otra idea para disminuir la posible ansiedad de tu adolescente es recordarle que entre más sinceras sean sus respuestas, la orientación que reciba será más clara. Coméntale que no debe preocuparse por la información que revele, pues todo lo que se hable durante la consulta es confidencial, lo que quiere decir que el o la especialista debe respetar su privacidad y que tomará todas las medidas necesarias para hacer imposible la divulgación de la información recopilada.
Finalmente, esta primera revisión ginecológica es otra oportunidad para alimentar el canal de comunicación con tu adolescente.
Tras la consulta, ¿qué tal una caminata por un lugar que les agrade?, ¿un helado?, ¿un cafecito?
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